Desde que nos anunciaron la privatización de la sanidad pública en la Marina Alta muchos ya lo sabíamos, por eso luchamos con los pocos medios que teníamos a nuestro alcance, principalmente la opinión pública, aunque obviamente eso no es suficiente. Por eso la destitución de nuestro querido doctor Paricio nos entristece enormemente, pero no nos coge por sorpresa. El doctor Paricio, firme defensor de la sanidad pública de toda la vida, intentó desde el principio de la privatización luchar desde dentro para que no se perdiera el espíritu de servicio y excelencia que siempre ha caracterizado a la pediatría de este departamento. Y lo hizo con sus mejores armas, una gran profesionalidad, un gran corazón y un trato exquisito. Después de tres años de fricciones, desavenencias y desaires ha venido su destitución como Jefe de Pediatría. De nada han servido las más de 15.000 firmas recogidas en su apoyo, el posicionamiento a su favor de multitud de asociaciones profesionales y científicas, las llamadas de atención del Colegio de Médicos de Alicante, e incluso del Conseller de Sanitat en persona al Gerente del Hospital de Denia. La necedad se caracteriza por ser porfiada y obstinada en su dictamen. Pero que no se crean que engañan a nadie. Las excusas de Marina Salud para destituirlo, la supuesta falta de pediatría en la atención primaria, no es más que una burda patraña. La verdadera razón es la diferencia de criterio, el económico contra el médico, el de los beneficios de una sociedad anónima contra la atención sanitaria de excelencia al ciudadano. Y el momento exacto en que la escalada de desavenencias llegó a su culmen también se lo podemos contar. El momento en el que el Dr. Paricio se negó a dar el alta a dos mujeres lactantes cuando el servicio de urgencias estaba saturado. Con una valentía que le honra el Dr. Paricio se enfrentó a la dirección de Marina Salud y les dijo que abrieran las 36 camas que tenían cerradas para ahorrar dinero. Es decir, no solo se negó a cumplir una orden por criterios de estricta ética profesional, sino que denunció claramente que estaban consintiendo una masificación y colapso en el servicio de urgencias del hospital mientras 36 habitaciones del hospital seguían cerradas a cal y canto.
Y es que, señoras y señores, no se olviden de que Marina Salud no quiere buenos profesionales con ideas propias, quiere profesionales sumisos que se plieguen totalmente a los dictados económicos de la dirección.
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